Por Estefany Rangel
Publicado 9 de sep. de 2025
Nepal
El gobierno comunista de Nepal encabezado por el primer ministro Khadga Prasad Sharma Oli llegó a su fin este martes, luego de que masivas protestas contra la corrupción y la censura digital derivaran en una de las crisis más graves en la historia reciente del país. La chispa estalló cuando el Ejecutivo ordenó bloquear 26 redes sociales, entre ellas Facebook, Instagram y TikTok, con el argumento de preservar el orden público. La medida fue vista por miles de jóvenes como un ataque directo a la libertad de expresión, lo que detonó manifestaciones que rápidamente se transformaron en enfrentamientos violentos con las fuerzas de seguridad. El saldo de víctimas asciende ya a 25 muertos, entre ellos Rajyalaxmi Chitrakar, esposa del ex primer ministro Jhalanath Khanal, quien falleció tras ser rescatada de un incendio en su vivienda. A las muertes confirmadas en hospitales se suman varios decesos durante tiroteos en Katmandú. La ola de violencia alcanzó instituciones clave: el Parlamento, la Oficina de la Presidencia, el Tribunal Supremo y residencias de ministros fueron incendiados, al igual que oficinas de medios de comunicación como el Kantipur Media Group. En Pokhara, más de 900 presos escaparon de la cárcel de Kaski tras un asalto de manifestantes del movimiento Generación Z, mientras que otras prisiones en Kailali y Lalitpur también fueron atacadas. Ante la presión social y la inestabilidad política, Oli presentó su renuncia el 9 de septiembre, poniendo fin a su cuarto mandato iniciado en julio de 2024. Su salida no detuvo de inmediato las protestas, que continúan avivadas por la indignación social y la desconfianza hacia la élite política. El Aeropuerto Internacional Tribhuvan permanece cerrado por seguridad, mientras el gobierno interino enfrenta el reto de restablecer el orden. Analistas señalan que, aunque la caída de Oli representa la victoria simbólica de una ciudadanía cansada de la corrupción y los privilegios, Nepal se enfrenta ahora al reto de encauzar el descontento hacia un proceso democrático estable. Figuras emergentes como el alcalde de Katmandú, Balendra Shah, han ganado protagonismo entre los jóvenes, quienes exigen transparencia, empleo y el fin del poder concentrado en las élites tradicionales. Nepal vive así una nueva etapa marcada por la incertidumbre, donde la fuerza de las calles ha demostrado ser suficiente para derribar a un gobierno que perdió legitimidad.